sábado, 15 de diciembre de 2007

Censura en Patrarca


Francesco Petrarca

Cuando en nuestro Departamento de Filología Francesa e Italiana se propuso la organización del Primer Encuentro Internacional de Estudios Franco-Italianos: Miradas Cruzadas, me pregunté cual podía ser mi contribución al mismo, y pese a mi formación académica en ambas lenguas me resultó difícil encontrar un tema que uniese ambas culturas. Empecé dándole vueltas a algún tema de área lingüística que es en la que me resulta más afín. Poco después recordé una visita a la Biblioteca Històrica de l'Universitat de València en la que por pura curiosidad estuve consultando diversas ediciones del XVI del Rerum vulgarium fragmenta de Petrarca y la sorpresa que sentí al observar como algunos de los sonetos, cuatro en concreto, se hallaban censurados en algunas de ellas por su critica a la corte papal. Así pues me encontré de nuevo desempolvando dichos textos, algunos de ellos muy maltrechos, para elaborar el trabajo que ahora presento.

Los sonetos objeto de estudio son los siguientes:

CXXXVI

Fiamma del ciel su le tue treccie piova,

malvagia, che dal fiume et da le ghiande

per l'altrui impoverir se' ricca et grande,

poi che di mal oprar tanto ti giova;


nido di tradimenti, in cui si cova

quanto mal per lo mondo oggi si spande,

de vin serva, di lecti et di vivande,

in cui Luxuria fa l'ultima prova.


Per le camere tue fanciulle et vecchi

vanno trescando, et Belzebub in mezzo

co' mantici et col foco et co li specchi.


Già non fostú nudrita in piume al mezzo,

ma nuda al vento, et scalza fra gli stecchi:

or vivi sí ch'a dio ne venga il lezzo.


Se trata de un soneto que Petrarca escribió para criticar a la corte papal de Avignon, de la que comenta Gesualdo:

"che mentre fu il Papato in Avignone Italia fu continuamente afflitta, e fun' Europa sottosopra volta permettendo i pontefici, anzi destando la roina de principi, e massimamente del'Italiani conciosia che Giovanni vigesimo secondo non pensasse, ne cercasse mai altro che la destruttione d'Italia…",

ello nos da una idea de la situación que provocó la ira de Petrarca que la abandonó. Sobre este tema debemos recordar que Petrarca, en su deseo de retornar al esplendor del mundo antiguo, pidió en diversas ocasiones al Papa su vuelta a Roma, cuna del cristianismo a la vez que centro del Imperio Romano. El poema se debe de relacionar con otros tres sonetos. Conforme a la distribución actual:

· CXIV: De l'empia Babilonia, ond'è fuggita

· CXXXVII: L'avara Babilonia à colmo il sacco

· CXXXVIII: Fontana di dolore, albergo d'ira,

y el CXXXVI: Fiamma del ciel su le treccie piova, que nos ocupa.

CXIV

De l’empia Babilonia, ond’è fuggita

ogni vergogna, ond’ogni bene è fori

albergo di dolor, madre d’errori,

son fuggito io per allungar la vita.


Qui mi sto solo; et come Amor m’invita,

or rime et versi, or colgo herbette et fiori,

seco parlando, et a tempi migliori

sempre pensando: et questo sol m’aita.


Né del vulgo mi cal, né di Fortuna,

né di me molto, né di cosa vile,

né dentro sento né di fuor gran caldo.


Sol due persone cheggio: et vorrei l’una

col cor ver’ me pacificato humile,

l’altro col pie’, si come mai fu, saldo.


CXXXVII

L’avara Babilonia à colmo il sacco

d’ira di Dio, e di vitii empii et rei,

tanto che scoppia, ed à fatti suoi dei

non Giove et Palla, ma Venere et Bacco.


Aspectando ragion mi struggo et fiacco;

ma pur novo soldan veggio per lei,

lo qual farà, non già quand’io vorrei,

sol una sede, et quella fia in Baldocco.


Gl’idoli suoi sarranno in terra sparsi

et le torre superbe, al ciel nemiche,

e i suoi torrer’ di for come dentro arsi.


Anime belle et di virture amiche

terranno il mondo, et poi vedrem lui farsi

aurèo tutto, et plen de l’opre antiche.


CXXXVIII

Fontana di dolore, albergo d’ira,

scola d’errori et tempio d’eresia,

già Roma, or Babilonia falsa et ria,

per cui tanto si piange et si sospira;


o fucina d’inganni, o pregion dira,

ove ‘l ben more, e ‘l mal si nutre et cria,

di vivi inferno, un gran miracol fia

se Cristo teco alfine non s’adira.


Fondata in casta et humil povertate,

contra’ tuoi fondatori alzi le corna,

putta sfacciata: et dove ài posto spene?


negli adúlteri tuoi? ne le mal nate

richezze tante? Or Constantin non torna;

ma tolga il mondo tristo che ‘l sostene.


Il Rerum vulgrium fragmenta o Canzioniere

Para el presente trabajo hemos partido de un corpus constituido por diversas ediciones comentadas del Rerum vulgarium fragmenta de Francesco Petrarca del siglo XVI, cinco de ellas de Alessandro Vellutello y una de Giovanni Andrea Gesualdo y las traducciones al castellano de Henrique Garcés y la actual de Jacobo Cortines (1984) además de la edición italiana de Roberto Antonelli (1992).

La primera edición del Canzoniere de Francesco Petrarca comentada por Alessandro Vellutello, quien propuso la ordenación tripartita, vió la luz en 1525 y en ella se basan los textos posteriores que nos ocupan, que no son sino reediciones de la misma. No obstante los sonetos objeto del presente estudio se encuentran censurados en las cinco versiones de Vellutello consultadas, con alguna excepción, como podemos ver en el cuadro resumen inferior, pese a que en la edición de 1544 –que sirve de base al comentario- sólo se ha ocultado el texto. En lo que respecta a la edición de Gesualdo, de 1574, ésta no ha sido mutilada. En la edición española de Henrique Garces, de 1591, no aparece ninguno de los cuatro sonetos objeto de estudio, pese a ser la obra de Vellutello el punto de partida para la interpretación y traducción del mismo Garcés y la posterior versión de Francisco Trenado de Ayllón (1595).

Ediciones de Vellutello

Año

Censurados

Modo

Sonetos censurados

1538

Texto y comentario

Papel pegado

Todos excepto el CXXXVII sólo el texto

1541

Texto y comentario

Tinta raya fina

Todos

1544

Solo texto

Tinta raya gruesa

Todos

1545

Texto y comentario

Tinta raya fina

Todos

1584

Texto y comentario

Papel pegado

Todos excepto el CXXXVIII



Hemos consultado siete ediciones del siglo XVI del Canzoniere de la Biblioteca Històrica de l'Universitat de València (de ahora en adelante BHUV) , en el arco de 53 años, entre 1538 y 1591, y sólo el texto de Gesualdo se ha conservado integro.


El porqué de la censura tratándose de sonetos sobre la iglesia nos parece evidente, no obstante no podemos responder a las preguntas sobre el momento y las personas que la llevaron a cabo. Evidentemente ésta se realizó en destino, de otro modo éstos se hubieran eliminado como sucede en la edición española de Enrique Garcés posterior a todas las de Vellutello y la de Gesualdo consultadas.


Todas las ediciones acabaron en la BHUV, pero tampoco podemos responder a como llegaron allí ni a quien en su día las trajo a España o las compró por encargo en Italia. Es incluso posible, aunque lo consideramos poco probable, que fuesen los mismos compradores los que mutilasen los textos, no obstante, nos inclinamos por una censura posterior llevada a cabo por segundas personas posiblemente ligadas a la iglesia católica, quizás labor de algún censor inquisidor. Otra cuestión es si dicha censura se llevó a cabo sólo en los textos llegados a suelo español o se realizó también en otros países como pudieran ser Francia, sede papal en ese período, o Italia. Lo bien cierto es que en este trabajo no podemos dar respuesta a las preguntas anteriores. Siendo pues incógnitas para futuras investigaciones a las que invito a los lectores.


También el orden varía con respecto al actual, tomando como base este último podemos contrastar:


Sonetos

Ediciones actuales

Ediciones Vellutello

Edición Gesualdo

Edición Garcés

De l'empia…

CXIV

--

Fiamma…

CXXXVI

--

L'avara…

CXXXVII

--

Fontana…

CXXXVIII

--


Podemos observar que el orden coincide en las ediciones actuales, en la primera parte, y en la de Gesualdo, siendo también consecutivos los tres últimos -CXXXVI, CXXXVII y CXXXVIII- muy próximos desde el punto de vista de los temas tratados (los vicios de la iglesia) y separados del primero –soneto CXIV, que trata los sentimientos del poeta frente a la corrupción de la curia- por 35 poemas. Sin embargo no coincide con el orden de Vellutello en el que encontramos primero los tres sonetos -CXIV, CXXXVI y CXXXVIII del orden actual- y en último el CXXXVII, tercero en los casos anteriores, separados de los otros por una decena de poemas, todos ellos en la parte tercera del texto petrarquesco.


Desde el punto de vista estilístico, además de tratarse de un soneto y por tanto cuente con una rima, al no tratarse del tema del amor, observamos que el lo estilo es muy cercano a la prosa. Usa un lenguaje familiar como contrapunto al mundo culto, desahogado y disoluto en el que nos introduce en su ansia por hacerse entender por cualquier lector.



Laura corona a Petrarca

El poeta, abandonada la corte papal de Avignon: "De l'empia Babilonia… son fuggito io per allungar la vita." (v. 1/4, CXIV), escribió estos cuatro sonetos para criticarla y la esconde bajo el nombre de Babilonia, ejemplo clásico de ciudad corrupta, como se ha visto en los primeroS versos del soneto CXIV y del soneto CXXXVII: "L'avara Babilonia…".

La iglesia es personificada en una pérfida mujer: "…su le tue treccie piova, / malvagia…"
(vv. 1 y 2, CXXXVI), similar a la prostituta con la que la simbolizó Dante: "…putta sfacciata:…" (v. 11, CXXXVIII).

Critica luego la opulencia de la corte romana, enriquecida con el empobrecimiento general
(v. 3) y "…ne le mal nate / richezze tante?…" (vv. 13 y 4 CXXXVIII), usando el mito clásico del agua y las bellotas: "…dal fiume et da le ghiande…" (v. 2), símbolos de la primitiva simplicidad y pureza -agua- puesto que constituían el alimento de los hombres primitivos y que eran la base de la iglesia, imagen recogida en los vv. 12 y 13 "…Già non fostù nudrita in piume al rezzo / ma nuda al vento, et scalza fra gli stecchi:…" y también en el v. 9 del soneto CXXXVIII: "…Fondata in casta et humil povertate…", lo cual ya es comentado por Vellutello:

"… dimostrando che'l suo principio non fu d'esser nutrita in tante delicatezze, com'allhora si viuea, ma in somma inopia e pouerta, la vita di Christo, imitando...",


Vaucluse celebre por la estancia de Petrarca


y recogido en el posterior de Gesualdo:

"…dal fiume e de le ghiande dal visser poveramente d'acqua e di ghiande o di cose che naturalmente i boschi producono quale dicono esser stata la vita di tantissimi huomini, e de' primi fondatori di lei imitando il loro e nostro principe Christo, che poveramente visse, e nel bosco albergo digiunando…".


Continúa con la imagen del "nido di tradimenti, in cui si cova / quanto mal per lo mondo oggi si spande"(vv. 5 y 6), también usada en los vv. 5 y 6 del soneto CXXXVIII "…fucina d'inganni,…/ ove 'l ben more, e 'l mal si nutre et cria…" y en el v. 3 del CXIV "…madre d'errori…", muy similar al "…scola d'errori…" del v. 2, CXXXVIII.


Pasa luego a los vicios mundanos, la lujuria y la gula, ya que Avignon, que es tratada de "putta sfacciata" a la espera de un cliente "…dove ài posto spene?"
(v. 11, CXXXVIII), "…à fatti suoi dèi / non Giove et Palla, ma Venere et Bacco." (vv. 3 y 4, CXXXVII), así pues "…de vin serva, di lecti et di vivande, / in cui Luxuria fa l'ultima prova." (V. 7, en el soneto que nos ocupa).


En el primer terceto amplia el tema erótico. En las habitaciones, es decir, en los palacios, los "vecchi", en clara referencia a los cardenales -"effeminati", según Gesualdo- "vanno trescando", hacen el amor con "fanciulle". Y "Belzebub" (nombre derivado de una divinidad cananea), que en el Evangelio es el príncipe de los demonios se encuentra, según comenta Vellutello:

"in mezo, cio e lo sfrenato appetito lascivo fra loro, co' mantici e col fuoco, per accender in loro, mediante l'esca delle vivande incittative, la concupiscenza carnale, che da gli anni senili suol essere spenta. E con li spechi, i quali per meglio ogni suo e vergognoso membro mirare".


En el terceto final Petrarca, además de insistir, como vimos anteriormente, en la idea de la pérdida de la pobreza y pureza de la iglesia, dedica el último verso a augurar que Dios sienta el olor a podredumbre provocado por la corrupción moral de la iglesia y la castigue: "…or vivi sí ch'a Dio ne venga il lezzo."
(v. 14). Esta imagen aparece también en otras dos composiciones: "…di vivi inferno, un gran miracol fia / se Cristo teco alfine non s'adira." (vv. 7 y 8, CXXXVIII) y "L'avara Babilonia à colmo il sacco / d'ira di Dio,..." (vv. 1 y 2, CXXXVII). En el soneto que nos ocupa, el castigo divino aparece desde las palabras iniciales "Fiamma dal ciel su le tue treccie piova,…", lo que unido al último verso anteriormente reproducido, nos da una structura circular con la que Petrarca nos quiere dejar bien claro cuanto merece este castigo que desea venga con el fuego destructor a la vez que purificador.


En estos sonetos encontramos diversas temáticas, no obstante tomaremos como base aquellas que aparecen en el poema que nos ocupa:

· Corrupción de la corte papal de Avignon: escondida bajo el nombre de Babilonia, Petrarca nos muestra la depravación que, según el escritor, reina en la iglesia:

- La lujuria: los prelados no respetan el voto de castidad y tienen contínuas aventuras amorosas "trescano", nos lo refiere en los sonetos CXXXVI (1er terceto, vv. 8/11), CXXXVII (1er cuarteto v. 4) y CXXXVIII (1er terceto, v.11).

- Perdida de la humildad, de la pobreza: trattado en los sonetos CXXXVI ( 1ª terceto, v. 2) y CXXXVIII (1er terceto, v. 9).

- Enriquecimiento de la iglesia mediante el empobrecimiento de los demás: ligado al tema anterior en los poemas CXXXVI (1er cuarteto, v. 3) y CXXXVIII (2º terceto, vv. 12 y 13).

- La gula: la encontramos en las composiciones CXXXVI (2º cuarteto, v. 7) y CXXXVII (1er cuarteto, v. 4).

-La mentira: en los sonetos CXXXVI (2º cuarteto, v. 5), CXXXVIII (1er cuarteto, v. 2 y 2º cuarteto, v. 5) y CXIV (1er cuarteto, v. 3).

· Idea del castigo divino: poemas CXXXVI (1er cuarteto, v. 1 y 2º terceto., v. 14), CXXXVII (2º cuarteto, vv. 7 y 8) e CXXXVIII (1er cuarteto, vv. 1 y 2).


Como hemos podido observar, especialmente en los sonetos CXXXVI, CXXXVII y CXXXVIII, también cambia la estructura, encontramos las mismas imágenes presentadas con un léxico semejante, lo que nos hace pensar en diversas reelaboraciones del mismo poema. En lo concerniente al soneto CXIV, vemos algunos de estos elementos junto a otros como son el amor y el recuerdo final de Laura, "…l'una / col cor ver' me pacificato humile,…"
(vv. 12 y 13), y Giovanni Colonna "…l'altro col pie', si come mai fu, saldo…" (v.14).


Así pues en estos sonetos el autor pasa de un lenguaje dulce, colorido, sensual propio de los sonetos dedicados a su amada que se corresponde con el tono general de la obra a otro directo, crudo y vehemente apropiado a la crítica eclesiástica y a su postura ante la corrupción de la corte papal de Avignon.


Religión y filosofía moral, siempre presentes en la ideología petrarquesca, se funden en estos sonetos, en los que el autor convierte su pluma en punzante estilete siendo pues la palabra, los sonetos un arma afilada que nos recuerda a ese inofensivo folio con el que todos nosotros nos hemos cortado la yema de un dedo en alguna ocasión.


Ilustración 1 soneto CXXXVI, censurado con trazo grueso de tinta en la edición de Vellutello de 1544 que sirve de base al presente trabajo, folio 136v. BHUV, Z-12/163






Ilustración 2: soneto CXXXVI y comentario censurado con papel pegado sobre el mismo en la edición de Vellutello de 1538, folio 143r. BHUV, Z-06/137.




Ilustración 3: soneto CXXXV y comentario censurado con trazo fino de tinta en la edición de Vellutello de 1541, folio 208v. BHUV, Z-11/028.





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